El confinamiento nos está sacando ese punto cocinillas que más de uno lleva dentro, y algunos incluso se atreven con la repostería. De hecho, la harina es un bien que escasea en muchos estantes de supermercados.
El último análisis de cesta de la compra delata además un incremento en el consumo de carne fresca, chocolate y bebidas espirituosas, entre otros.
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